Mindfulness, traducido como "atención plena" o "conciencia plena", es una práctica de origen budista que se ha integrado en diversos contextos, incluyendo la psicología y la medicina, como una herramienta terapéutica y de bienestar mental.
Es la capacidad humana básica de poder estar en el presente y de "recordarnos" estar en el presente, es decir, constantemente estar volviendo al aquí y ahora, sin juzgarlo ni reaccionar ante él. Implica una atención plena y sin juzgar nuestros pensamientos, emociones, sensaciones corporales y el entorno que nos rodea.
No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es la que nos permite tener presente de que nos estamos ocupando en este momento, apesar de que nos haya sonado el timbre y el telefóno varias veces y nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Lo que nos sucede es que vivimos en piloto automático y mas depositados en el futuro y el pasado que en el presente, a veces, sin advertirlo.
Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente cada pensamiento, cada impulso, cada experiencia tal cual se está dando. Así es que, aunque experimentemos algo desagradable (por cierto algo inevitable en la medida en que estemos vivos), podremos ahorrarnos el sufrimiento añadido de tener que lograr que aquello desagradable desaparezca. Quedarse solo con lo que experimentamos sin agregar nada más es lo que la práctica de mindfulness permite, conectados con el presente.
La práctica de mindfulness se centra en desarrollar una conciencia consciente y abierta hacia la experiencia presente, lo que puede ayudar a reducir el estrés, mejorar la concentración, regular las emociones, promover el bienestar emocional y físico, y cultivar una mayor aceptación y compasión hacia uno mismo y hacia los demás.
Algunas técnicas comunes de mindfulness incluyen la meditación de atención plena, en la que se dirige la atención hacia la respiración, las sensaciones corporales o los pensamientos sin intentar cambiarlos; la práctica de estar consciente en actividades cotidianas, como comer o caminar; y el escaneo corporal, que consiste en prestar atención a las sensaciones en diferentes partes del cuerpo.
La práctica regular de mindfulness puede tener numerosos beneficios para la salud mental y física, y se ha utilizado con éxito en el tratamiento de una variedad de condiciones, como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el dolor crónico y otros trastornos relacionados con el estrés. Además, puede ser útil como herramienta preventiva para mejorar la resiliencia y el bienestar en general.