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El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y la actividad.

Estos cambios pueden oscilar entre períodos de manía o hipomanía, donde la persona experimenta una elevación del estado de ánimo, aumento de la energía, poseen menor necesidad de dormir y alimentarse, pensamientos acelerados, y períodos de depresión, donde la persona experimenta sentimientos de tristeza, desesperanza y falta de interés o placer en actividades cotidianas.

Existen varios tipos de trastorno bipolar, que incluyen:

  • Trastorno bipolar tipo I: Se caracteriza por episodios maníacos graves que pueden incluir síntomas psicóticos, como alucinaciones o delirios. También pueden experimentar episodios depresivos.
  • Trastorno bipolar tipo II: Se caracteriza por episodios depresivos mayores y episodios hipomaníacos menos graves que no llegan al nivel de la manía completa.
  • Episodios mixtos: se caracterizan por presentar síntomas de manía y depresión al mismo tiempo. Esto incluye irritabilidad extrema, cambios bruscos de humor, agitación física, pensamientos acelerados, dificultad para concentrarse, problemas de sueño, y en algunos casos, ideas suicidas.

Los síntomas del trastorno bipolar pueden variar en gravedad y duración y pueden afectar significativamente el funcionamiento diario, las relaciones interpersonales y la calidad de vida de una persona.

Algunos de los síntomas comunes del trastorno bipolar incluyen:

  • Cambios de humor extremos y repentinos.
  • Incremento de la energía y actividad durante períodos de manía o hipomanía.
  • Sentimientos de tristeza, desesperanza y desesperación durante períodos de depresión.
  • Cambios en el patrón de sueño y apetito.
  • Dificultades para concentrarse y tomar decisiones.
  • Pensamientos acelerados o impulsivos.
  • Conductas de riesgo, como gastos excesivos o comportamiento sexual imprudente durante episodios maníacos.

El tratamiento para el trastorno bipolar generalmente incluye una combinación de medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, como el litio o los anticonvulsivantes, y psicoterapia. El apoyo familiar, la psicoeducación sobre el trastorno,y el manejo de las vulnerabilidades también son componentes importantes del tratamiento.